» … ese Pueblo de cal y arena»
Siete siglos como vigía de Sevilla lleva nuestra localidad en su enclave; dominando el río Guadalquivir, en un cerro a 20 metros de altura sobre el nivel del río, y este, junto a la zona de marismas, forman el marco dónde La Puebla desarrolla su vida.
La Puebla del Río constituye la última zona en altura antes de la llegada de la marisma en la que se ubican sus bastos terrenos de cultivos. En los diferentes niveles de altitud, la hoy Iglesia Parroquial se ubica en su pico más alto. La creación de la Iglesia nace con la necesidad de observar y defender el Gualdaquivir, desde la provincia de Sevilla tras la reconquista, y da nombre a lo que en su día fue el nombre primigenio a la localidad, la Guardia.
Nuestra c/Larga en uno de sus puntos más importante, en el cruce con Esquina del Reloj
En época de la Baja Edad Media en Andalucía, la repoblación de territorios fue una necesidad debido a la reconquista: tras la victoria en la batalla de Navas de Tolosa en 1212 por Fernando III y la posterior reconquista del valle del Gualdaquivir y la toma de la ciudad de Sevilla en 1248, el rey Alfonso X el Sabio promulga la repoblación de la zona por la carta Puebla del Privilegio Rodado en Cuenca.
Había varios factores que hacían de prioridad máxima el poblar esta zona: las vastas zonas de cultivo con la marisma como eje articulador y la presencia del río Guadalquivir.
El río Guadalquivir forma parte de la historia de la localidad como referencia en la provincia por ser puerto para comunicaciones y comercio, así como a su vez era defendido por la localidad desde la vigía que otorgaba la Iglesia. La Puebla del Río era un sitio estratégico para lo militar, puerto para lo comercial y de bastas tierras para cultivar.
Heráldica
‘N’ y ‘S’ para indicar norte y sur de Sevilla, por ser la Guardia de su río. ‘ALFA’ y ‘OMEGA’, principio y fin de Sevilla, porque sin sus bastimentos y sin su puerto, Sevilla quedaría muerta e incomunicada. La ‘cruz’ la Cristiandad de la Puebla, defensora de las incursiones de los moros. El aspa o ‘cruz de San Andrés’ refiere a la fecha en que fue otorgada la carta real de La Puebla.
Espigas de arroz que enmarcan el escudo, denota su tradición arrocera. Al timbre, «Corona Real moderna».
Tradiciones
Fiestas de San Sebastián | Enero
Celebraciones en torno al Patrón. Se realiza un encierro de reses
bravas por las calles de la localidad, al que acuden miles de personas.
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Fiestas y feria del Corpus | Mayo – Junio
La festividad del Corpus Christi se celebra ininterrumpidamente, con
el privilegio del horario vespertino, desde el siglo XVI.
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La calle Larga, con su decoración a base de hileras de naranjos, vértebra el casco antiguo del pueblo, formando un eje desde la antigua cruz de Humilladero hasta el río, paralela a la calle Betis, balcón del Guadalquivir.
Recomendable al pisar sus calles dar un paseo por su magnífico Parque Municipal con su torre de la Guardia, recorrer calle abajo la calle Larga para girar hacia la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Granada, rodear la misma para disfrutar “del Rincón” y llegar a las Palmillas y admirar el Guadalquivir desde el muelle de la Barqueta.
Y si vienes a comer, saborear la Gastronomía pasa por pedir las recomendaciones en su amplia carta de tapas o por su conocido arroz con pato, para luego, tras la degustación, poder disfrutar los exquisitos dulces autóctonos con unas magníficas vistas.